Han brotado como setas cientos de locales de apuestas con el objetivo de enganchar a cualquier ciudadano, en especial a los más jóvenes, y si son menores de edad, miel sobre hojuelas. Aquellos que padecen ludopatía caen en la ruina personal y económica, y su problema se extiende a los que les rodean. ¿Cómo no se ha controlado esta barbaridad? ¿Por qué los Gobiernos no han actuado antes?
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